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Editorial | Esperamos contra toda esperanza

Atravesamos tiempos difíciles pero cargados de esperanza, como solía decirnos el querido Siervo de Dios Cardenal Eduardo Pironio. Difíciles por la incapacidad de tolerar nuestras diferencias y difíciles también, porque hemos perdido la capacidad de analizar con veracidad datos, hechos, propuestas.

Las decisiones políticas se toman mirando desde la ventana de los despachos para ver y medir la opinión pública presente en la calle, se acude a las redes para verificar likes o corazones que señalen cuantos seguidores acumulan los pobres argumentos que sustentan una idea .

Los “expertos” han pasado a ser personas que admiramos por sus dotes actorales, merecedora de aplausos en los teatros o en el cine, descalificando la palabra de más de un académico y hasta hemos asistido a un discurso en favor del aborto legal, en la misma Cámara de Diputados, que resultó ser una historia armada con relatos pesudo reales, pero presentados en primera persona, apelando a un golpe al corazón.

La perplejidad aparece entonces, como una de las claves de este tiempo de debate acerca de la Vida que nos obliga a no mirar hacia otro lado o a escondernos en la comodidad de que a nosotros nada nos va a hacer cambiar de opinión.

También son tiempos difíciles porque desde adentro nos vemos tentados por el “gris pragmatismo de la vida” en que todo parece estar bien cuando nada lo está. Entonces, nos abruman los sucesos, no entendemos cómo llegamos hasta acá, o peor miramos hacia otro lado como si nada estuviera ocurriendo. Pero ocurre, interpela, reclama. No para auto castigarse sino para mirar hacia el mañana, transformando la debilidad de hoy en caminos de renovada esperanza.

Toda cruz encierra el grito esperanzado de la Resurrección en la que creemos. Signo de ello, es la entrega con que muchos varones y mujeres de la patria abrieron surcos en tiempos de desorientación y violencia, como los mártires que serán beatificados, entre ellos Wenceslao Pedernera laico y dirigente rural de Acción Católica Argentina. Por eso, con el testimonio vivo de los que se juegan, caminamos con nuestra mirada puesta en el servicio y nuestra obra diaria entregada a conciencia para encontrar soluciones superadoras a las alternativas de muerte que nos acechan .

Sabemos que más allá de los resultados, que nacen en medio de la crisis de valores que supimos conseguir, seguiremos anunciando que Vale toda Vida y que Dios que nos ha amado primero, desde el momento exacto en que cada uno de nosotros ha sido concebido, inspirará la respuesta creativa para acompañar, sostener y cuidar la fragilidad de toda mujer que pueda ver en el aborto la solución a un horizonte de desorientación.

Como dice la canción, en nuestras coordenadas actuales, decimos ” Esperamos contra toda esperanza”.